viernes, 28 de diciembre de 2012

Pero algunos más que otros

Saberte aquí y sin embargo
estar sin ojos, sin labios, sin cara.
Saberte aquí y carecer de dedos, de voz, de manos.
Saberte aquí y entregarse al silencio,
reinventar la distancia, deshacer el tiempo
de imaginarte aquí y saberte lejos.
Saberte aquí, cómo no saberlo,
y recrear otro aquí como si éste no fuera,
un aquí donde no estuvieses
y la magia de que estés aquí, y que se sepa,
sea solo otra vez el deseo de que estuvieras.


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