sábado, 22 de diciembre de 2012

Asamblea

Ahora ya que casi solo queda una última vez,
que el mañana se ennegrece a pasos brutales,
como si fuese un libro ya escrito, cerrado y firme,
que esta vez parecería que no se puede caminar más allá aunque sin embargo...

Hoy toca celebrarse de nuevo porque todo,
porque sí, porque tal vez miramos hacia abajo, sí,
tal vez la respiración falló un instante, un segundo, tal vez el pulso pidió que ya no más.

Un segundo, un instante, pero no un minuto.
Abajo, pero no atrás.
Y enseguida, otro latido.

Y adelante.
Así de simple,
aquí un abrazo, allí una despedida sincera,
pequeños héroes de lo cotidiano que se piensan pequeñas personas:
todas las inmensidades, todas.

Si en fin solo somos nuestros pasos y otras voces,
no nos corresponde a nosotros el silencio sino el horizonte,
que se oscurece y lo que se oscurecerá,
que se aleja y lo que se alejará.

Pero somos luz que se refleja,
somos pies que siempre acercan,
somos esos otros que no sabíamos que éramos.
Solo somos personas. Solo ínfimos humanos, como todos, indeleblemente mínimos.
una mísera mota de polvo en un huracán que ni entendemos ni provocamos...

Pero que sabe exactamente qué ojo va a hacer llorar,
que sabe que la humanidad no se consigue siendo ser humano,
que podemos ser lo que seamos
que llegaremos,
antes o despúes pese a las mil piedras de los mil caminos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario