lunes, 12 de septiembre de 2011

Otro lugar

La brutal presencia del yo inoportuno

que edita su semblante entre púrpuras y estaños

con la impávida sensatez de lo infumable

mientras cuándo se termina de repente.


A este fin se confecciona

la falsa solidaridad de las estrellas

sin otro coste que un millón de infinitos pugnando

por un no saber ni por qué ni cómo.


Y he aquí triformemente nuevo

el cantar inexacto de lo obsceno

para fulminar con un segundo universo

el resurgir cansino de los puntos.


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