Pongamos aquí un muro, una utopía,
una bandera sangrante o un motocarro de postín.
Llenemos de ángeles los paseos, de lluvia los retrasos,
vivamos hoy otra vez tocados de cuervos y cerezas,
tan aquí dentro, tan aquí dentro.
Sé cuál es mi origen y por tanto mi destino,
tanta polvareda en distintas proporciones, y sin embargo, algo es seguro:
Existen probabilidades. todas, algunas, ninguna.
En un momento, aquí, ahora.
Vamos a recorrer este preciso instante, esta lápida perpetua,
que no espere un invierno más este cometa,
que no queden inermes estos estertores,
y otrora, cuando llegue,
que así sea.
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