domingo, 24 de febrero de 2013

Parpadeo

A veces se elige vivir la noche de al lado, donde no se nos espera,
y el tiempo se empecina en desdoblarse, en ser dos a cada momento:
este ahora tan cotidiano, tan previsible,
tan improvisado,
y ese otro momento que se pudo haber vivido,
que ya dejó de ser posible pero que acude a inventarse en paralelo,
idílico, irreal, misterioso,
vivido por esa otra persona que somos,
que toma siempre las decisiones acertadas
justo un instante más tarde.

A veces elegimos lo certero frente al infinito,
sin saber muy bien qué estamos haciendo,
dónde han quedado todos esos planes
para justo ahora,
por qué después de tanta espera elegimos esta noche y no la otra,
por qué renunciamos a las probabilidades
para aferrarnos con pétrea fiereza a un pedacito mínimo de realidad,
de esa que nos ha aborbido,
en la que no podemos ser del todo
porque tenemos puesta el alma esa otra noche
donde no estamos.


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